Cuando tenía ocho o nueve años mi abuela me regaló una fantástica cámara de fabricación soviética, era una ZENIT 12XP con el fotómetro estropeado que pesaba más que aquel chaval menudo que tenía que sostenerla.
El hecho de que aquella ZENIT tuviese el fotómetro estropeado hizo que, con el tiempo y un incontable número de carretes echados a perder, aprendiera los entresijos del manejo de una cámara fotográfica y el día que entendí la regla Sunny 16 y cómo utilizarla, empecé a verlo todo un poco más claro.
Mis padres, también aficionados a la fotografía, iban equipados a menudo con sus cámaras telemétricas (una Voightländer, mi padre y una Yashica, mi madre) y me inculcaron esta afición que con los años acabaría convirtiéndose en mi gran pasión.
Ya de mayorcito, cuando estaba en la universidad y daba clases de repaso a mis compañeros, descubrí que disfrutaba transmitiendo mis conocimientos y muy especialmente del momento en que veía que algo había cambiado en la mente de mis alumnos que hacía que entendiesen algo hasta entonces desconocido.
Actualmente trabajo de Export Manager en una compañía de software de gestión para el sector de la salud y casi a diario doy ponencias y conferencias a clientes, socios y distribuidores de Europa, América Latina y África y paralelamente doy clases de fotografía y realizo reportajes de arquitectura, interiorismo y fotografía comercial y de producto.
Espero que disfrutéis de mi blog y de mis experiencias tanto como yo y os invito a compartir vuestras opiniones y comentarios en los distintos artículos que iré publicando.
Muy atentamente,
Albert Castellon